-Los gatos-
La soledad de estar enfermo
y no tener a quién mandar
a comprar galletitas.
Salvo por la gatita.
Pero ya sabemos como son los gatos,
tienen la impericia de no ser capaces de ir a
hacerte los mandados y el amor
suficiente como para pasar la tarde
dormidos sobre uno, con su calor
que cura y acompaña.
Con su motorcito que significa
que Dios no se olvida aún de uno,
y que está en todas partes.
Alex Galeaux 1973