lunes, 24 de julio de 2017

Nota del capitán Mark antes de que se hundiera el bote.

Estimados:

En la tempestad he encontrado amigos, y alegría. Gente en la que confiar. Pero hoy, en esta calma, me siento infinitamente triste; infinitamente solo, y de nuevo triste. Veo que las fechas se repiten. Veo gente que muere, otra que llora. Veo gente que mejora, envejece y muere. Esto es la vida, y el mar. Y me gusta. Pero no sé como hacer para sacar el abismo de mí. Esta oscuridad que me consume día a día. Falta tan poco para llegar a tierra firme, y sin embargo ya no me importa. Mi consejero es sordo, mi vocero es mudo. 
Quisiera despertar en otro lugar, siendo otro. O tal vez no ser nada. Eso a lo que tantos temen, ahora lo deseo.
Me han dejado infinitamente solo y triste, aquí, en la calma. En mi mente ya estoy muerto.
Ojalá no me recuerden como capitán sino como cantante, o poeta. Aunque ahora deteste el arte y todo lo que me ata a este mundo y me impide tirarme por la borda.
Escucho risas, y a diferencia de antes, ya no las siento familiares. En otras épocas sentía que se reían de mí. Ahora ya ni eso. Los siento tan lejanos como las estrellas.
Faltan aún dos semanas para llegar a tierra firme, y presiento en el viento la dureza de un filo que destroza, un filo que separa el alma del cuerpo. Es la muerte.
No sé qué será de mí. 
En realidad sí lo sé. haré como que si no ocurriera nada. Me acercaré a ustedes con mi sonrisa, y no sabrán que ya estoy muerto. Y aunque un día sea feliz, y esta calma pase y venga otra tempestad, esto que siento hoy es eterno. Es una fuerza que desconozco y que me ha herido de muerte.
Guardo en mi corazón sus abrazos y sonrisas y regalo a los entierros todo lo malo que haya conocido. 

No será la tristeza mi verdugo sino la soledad. Me han dejado solo. Tal vez otras empresas los necesitan con más urgencia, pero aún sabiéndolo siento que la alegría no volverá.
El mar está formado por las lágrimas de los muertos, y ahora también por las mías.

Disfruten de este teatro, no hay dos iguales.

Su querido capitán Mark