sábado, 12 de junio de 2010

Y fue el sexo la religión del siglo XXI

Ellas bailaban desnudas, solo tapaban su sexo. Y es hermoso gritó un religioso, pero en el había solo lujuria. ¿Es malo acaso? Es malo consumirse por una imagen de TV? es malo abandonarlo todo por unos pechos perfectos? Eso pensaba el religioso y cuando ella mostró la pulpa, él gritó: Larga vida al falo. Pero, repito: ¿vale la pena vivir así?
Y el tiempo pasó, y dios siempre había sido un concepto para él. Y un día se le apareció y le reveló un gran secreto. La mujer es el cielo, no hay otro cielo. Pero el hombre dormía y no entendió. Luego la gente vivía por y para el sexo. Y todo era lujuría. El religioso estaba contento, pero padecía, que es lo que hacen los apasionados.
una noche se le apareció una mujer desnuda y él, que idolatraba a la mujer, la ofreció en sacrificio lúbrico. Al cielo, a la pantalla. On-line siempre, pensó el religioso.
Pero él jamás alcanzó el cielo. Jamás alcanzó el orgasmo cósmico. Solo los amantes lo hacen, no los desesperados, no los lujuriosos, ni los religiosos.
Y el tiempo pasó y el sexo como taL HABÍA DESAPARECIDO. Solo había camas y mujeres deseosas de ser llevadas a algún lugar distinto, a otra dimensión, donde los hombres miraran más allá del cuerpo. Pero dios seguía siendo un concepto, y los poetas ya habían muerto para siempre...