lunes, 11 de octubre de 2021

La traición

 



El sueño del amanecer dormido

Aparece descalzo entre las lágrimas

De alguien ausente.

Más allá están los que lo extrañan,

Más cerca de él los que hace tiempo esperan.

 

El mundo, teatro cruel, le ha dado

Una señal de suerte, una hábil bendición

De pájaro y de último vuelo.

Los que saben del mar

Saben que las aves se van a morir en soledad.

 

Fumándose la tarde en un suspiro

Él es prisión y sombra.

Su juventud despierta, acaso

Tempestades, o risas. Da lo mismo.

Ya se hizo tarde, le dice su reloj de sangre.

 

Prepara un puñal, metafórico, una frase;

Se sienta a ver pasar el sol, que se esconde.

Se chupa la realidad de una bocanada,

Se enciende para brillar, aunque no muera nunca.

La vida es cruel, piensa.

 

Y se duerme en el teatro absurdo.

Los niños ya son hombres;

Las mujeres, ancianas.

El cariño que supo distinguir se le hace claro,

Eran burlas. El mundo es gris, todo es farsa.

 

Una mujer debería salvarlo, como siempre.

Pero ya se hace tarde para esperar sentado.

Se prepara la cena, una y mil veces,

Y traiciona a su cuerpo

Con el filo de una hoja de papel. ¿O acaso

 

No es de papel el sueño que soñamos todos?

 

Alejandro G. Vera

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