lunes, 7 de diciembre de 2020

Cuento: "Por qué cantan los gitanos" de Alejandro G. Vera

 

-Por qué cantan los gitanos-

 



 

                                                                                A Evita Vera, la hermana, la artista…

 

 

En una noche fría de julio, no recuerdo ya el año, salí en busca de algo para tomar, no un bar sino algo para llevar a casa, tal vez una Coca Cola o alguna otra gaseosa. En vez de ir derecho por Gaspar Campos, tomé la ruta secreta que es ir por la calle paralela a Gaspar Campos, rumbo a la estación de José C. Paz. Siempre que visitábamos a la abuela, hace tanto y tan poco a la vez, tomábamos ese camino con mi hermana Eva, camino que es menos ruidoso que la calle principal, y también más florido.

Sabíamos que en una de las casas vivían gitanos, porque casi siempre que pasábamos se escuchaba música flamenca.

Esa noche fría de julio me pareció algo extraño ver tantos autos cerca de la casa de los gitanos. También, como siempre, se escuchaba música. Esa música especial de los gitanos en la que parece que estuvieran llorando, más técnicamente, porque usan cuartos de tonos y la escala menor armónica.

Me acerqué a ver porque la situación se prestaba para eso. Ahí estaban tres gitanos tocando las guitarras, y un cantaor devastando una melodía sin centro, que desgarraba el corazón de tan linda y tan triste.

Uno de los gitanos se me acercó y me invitó a entrar. Me dio una guitarra que al momento de sentirla entre mis manos noté que estaba afinada un semitono bajo. Toquemos dijo, por Don Manuel. Yo toco blues, ya saben los que me conocen, pero tuve la suerte de entrar bien en el tono que tenía la rumba que comenzaron a tocar. Y era una fiesta, increíble como todos hacían palmas, y gritaban y bebían, se abrazaban y lloraban y cantaban, y reían.

Dejé la guitarra a un lado y me acerqué a preguntar a que se debía esta “fiesta”. Le pregunté a una muchacha, nunca supe su nombre, le dije ¿Por qué cantan los gitanos? Y me respondió: Primero pregúntame por qué lloran los gitanos. Perdón, le dije ¿Por qué están llorando ustedes gitanos, a qué se debe esto? Se debe- me contestó- a la muerte de mi padre Don Manuel, murió ayer de tristeza.

¿Cómo sería eso? Pensé, pero no quise preguntar más.

Si eres inteligente, me dijo, vas a entender hoy por qué cantamos los gitanos.

Pregúntame ahora por qué cantan los gitanos, me dijo, con una sonrisa.

 

Bueno, ¿Por qué cantan los gitanos? – le dije- un poco tímido.

Cantamos por la muerte de Don Manuel, mi padre que ayer murió de tristeza. Lloramos por la muerte de mi padre, y cantamos porque no somos nosotros los muertos, nosotros estamos vivos.

Y me dijo entonces entre lágrimas un gran secreto: Aunque la gente se muera, nosotros estamos vivos.

Y escuché los únicos versos que recuerdo de esa noche de esas canciones tan hermosas y tan tristes. Decían algo parecido a esto:

 

“Entrégame lo que pido

Tu corazón destrozado.

Yo a cambio daré encantado

Mi corazón aguerrido.”

 

Cuando salí de la casa entre el tumulto de gente, ya era de día, y los gitanos ya se preparaban para llevarse a Don Manuel, es decir a su cuerpo, a algún lugar secreto donde van a morir las aves, quiero creer. Porque me parece muy injusto que se cubra con tierra una guitarra aunque ya no tenga cuerdas.

 

                                                                            A.G.V.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sea libre de comentar, responderé a la brevedad...