Y las flores eran un regalo muerto
un saberse marchitas como su alma, niña.
y Ella espera verse entre las sombras pronto.
Ella no ve que su vida es eterna.
Pero, y los ojos?
Todo se va... se pierde.
Bolsillos rotos de motor ausente,
entre las manos, el dinero facil y el amor
se escapan, dando risa y mieles de crueldad abstracta,
Donde te encuentro
habitante de tumbas
quien es el dueño de tu prision
acaso te ha robado el alma
una mirada cruel
una vida triste?
Ya no me importa, prefiero las sonrisas...
Me alejo de la muerte, de tus dolores huyo
no vaya a ser que el tiempo
se me acabe, pensando...
en mujeres cobardes y en amores malditos.
Alejandro Gonzalo Vera
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