viernes, 6 de febrero de 2015

Cap 1 “La causalidad fortuita”

"Sobre Durmientes y Jugadores" Capítulo uno



“La causalidad fortuita”.


¿Qué es un oxímoron? Se llama oxímoron a la conjunción
de un adjetivo y un sustantivo incompatibles. El paciente
desesperado es un buen ejemplo, pero como veremos más
adelante, incluso el oxímoron parece cobrar sentido luego de un
simple análisis. Este sentido de las frases que la mente otorga
incluso a las contradicciones es lo que he dado en llamar “la
causalidad fortuita”. La causa de cierto fenómeno es un evento,
acción o premisa que se encuentra siempre anterior al efecto. Esto
es innegable. “El pájaro cae porque es golpeado por la roca” y no
“el pájaro es golpeado por la roca porque cae”, a menos
obviamente que estemos hablando de situaciones diferentes. En el
primer caso uno imagina que la roca es lanzada, por ejemplo por
un niño. En el segundo caso la roca se imagina inamovible o
quieta y el pájaro se golpea al caer sobre ella.
Lo fortuito es lo que ocurre casualmente, sin tener conexión
un evento dado con otro diferente del anterior.
El concepto de causalidad fortuita (un oxímoron también)
sugiere que toda concatenación de sucesos son susceptibles de
mantener una relación causal. Como quedó demostrado en la
“frase del pájaro”, cualquier sucesión de palabras gramatical y
sintácticamente correcta puede ser aseverada ad hoc, esto es, ser
defendida efectivamente mediante un entendimiento lateral del
concepto central.
Veamos algunos ejemplos:
a) “El perro estalló”.
b) “Nunca el diablo fue tan suave”.
c) “La canción destrozaba sentimientos”.
En el caso de “a”, literalmente un perro puede estallar mediante
una detonación explosiva, aunque también se llama estallar a la
explosión producida por exceso de aire u otro gas. Lo más lógico
es pensar que se trata de una metáfora, lo más razonable es
aceptar nuestra incomprensión y pedir más información.
En el caso de “b”, suena a refrán, aunque ad hoc podría
pensar que se habla de un ladrón muy hábil, o de un animal
doméstico llamado diablo que posee un pelaje suave.
En “c”, se trata obviamente de una metáfora, probablemente
a favor de la canción a menos que se trate de ironía.
Podemos ver como la dimensión metafórica del lenguaje,
junto con la deixis, hacen prácticamente imposible una
interpretación absolutista de contenido al ser sacada una frase de
su contexto. Ahora, volviendo al concepto de causalidad fortuita.
¿Es posible que la realidad fenoménica no sea más que una
concatenación absurda de hechos y eventos aislados que son
interpretados ad hoc por nuestras mentes dormidas, que evitan
mediante todos los medios despertar?
Es imposible pensar lo impensable. Cualquier secuencia
imaginable es susceptible de convertirse en realidad, desde volar
hasta no morir jamás. En el libro “Ficciones”, de Borges un
cuento expresa más fielmente este sentimiento de que todo lo
imaginable es creable. El cuento se titula “La biblioteca de
Babel”. En dicha biblioteca se encuentran infinitos volúmenes con
todas las combinaciones de caracteres y números posibles. En
dicha biblioteca se pueden encontrar tanto “El quijote” como el
libro que usted está leyendo en este momento.
Este concepto nos da un insight de las dimensiones de
nuestra prisión. No se puede pensar lo impensable. Aunque la
misma causalidad fortuita nos lleva a pensar que un nuevo
concepto puede ser creado. Lo impensable, lo imposible, puede
ser real mediante una justificación ad hoc.
Solo es cuestión de crear. ¿Cual es su sueño lector? Ser
millonario, famoso basquetbolista, actor mediocre, cantante,
enfermo recuperado. Sueñe lector, sueñe que todo es posible, pero
una vez que se haya cansado de soñar intente pensar lo
impensable, lo que las palabras no dicen, lo que los signos no

representan. Ese es el secreto más grande. Lo inconcebible. A lo
largo del libro intentaremos ver las formas de evitar caer en la
causalidad fortuita, aunque esto sea virtualmente imposible, ya
que la mente está programada para crear significados y causas,
esto es lo que conocemos como condición normal del ser,
contrario a la locura. La exacerbación de esta condición normal es
la llamada enajenación. El significado de lo fenoménico se da
mediante el consenso. Se debe bailar al ritmo de lo real, aunque
debamos guardarnos la bronca al notar que lo llamado real por
todos no es lo que nosotros llamamos realidad, como Galileo,
diremos internamente “y sin embargo se mueve…”. Esta
adaptación a la realidad paradigmática es clave para la creación
de nuevas realidades. Para inventar primero hay que saber que es
lo que ya está inventado. Por otro lado, el simulacro de
adaptación a lo llamado realidad es una forma de curarse de la
locura (o exceso de normalidad), ya que lo que define a un insano
es el síntoma, al no presentar síntomas la enfermedad
simplemente no existe.
Plantéese el lector la meta de crear lo imposible. Pero
primero observe las reglas que rigen su realidad fenoménica.
Recuerde siempre, lo real percibido con fascinación lleva a la
locura, no se sorprenda, solo disfrute el sueño de lo real, pronto
(si tiene suerte) estará despierto.

Alejandro G. Vera

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